Declaración de la Coalición de Naciones y Organizaciones Indígenas ante la Asamblea General 50° de la Organización de Estados Americanos

October 19, 2020
Hugo Tacuri Huamani
Confederation of Indigenous Nationalities of Peru (CONAIP)
Virtual
(Inglés)

 

Honorable Secretario General Luis Almagro y Secretario General Adjunto Néstor Méndez, Distinguidos Embajadores y delegados de los Estados Miembros e Invitados de la Organización de los Estados Americanos:

Mi nombre es Hugo Tacuri Huamani, Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Perú (CONAIP), soy de origen Quechua, de la comunidad Indígena de Cancha Cancha, Chuschi, Ayacucho, Perú. Hablo en nombre de la Coalición de Naciones y Organizaciones Indígenas con el propósito de avanzar los principales temas de la agenda regional, es decir, enfrentar y superar los desafíos de la pandemia de COVID-19 en el hemisferio. Les agradezco esta oportunidad de dirigirme a ustedes y presentarles nuestras preocupaciones.

En la luz del caos y sufrimiento provocado por la pandemia, nuestra Coalición quisiera abordar un tema muy importante: la necesidad de que la OEA y sus Estados Miembros cumplan con sus compromisos de implementación del Plan de Acción de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Ahora, más que nunca, se deben respetar los derechos y conocimientos de los Pueblos Indígenas.

La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis sanitaria, política y económica mundial sin precedentes que ha afectado profundamente a muchas naciones y comunidades Indígenas, causando una amenaza inmediata para nuestra existencia y supervivencia. Sin embargo, la pandemia también ha destacado lo que los líderes Indígenas han estado diciendo todo el tiempo, los Pueblos Indígenas son particularmente vulnerables y carecen de protección real por parte del estado. Ya marginalizados debido a la colonización y años de racismo sistémico, la pandemia ha exacerbado las desigualdades existentes y los abusos a los derechos humanos que los Pueblos Indígenas enfrentan a diario.

Sin una política y protocolos gubernamentales claros y coherentes para combatir el virus, los Pueblos Indígenas deben defenderse ellos mismos sin acceso a información crítica en sus idiomas, equipo de protección apropiado y suministros médicos y de salud adecuados. Muchos también carecen de acceso a fuentes de agua limpia o suficiente, lo que complica aún más los esfuerzos.

Al mismo tiempo, los gobiernos están aprovechando el enfoque en la pandemia, utilizándolo como una tapadera para retroceder las salvaguardias ambientales e impulsar legislación que apoye proyectos de desarrollo a los que los pueblos indígenas se han opuesto durante mucho tiempo. Esto ha provocado un aumento de invasiones de tierras Indígenas, la criminalización de líderes Indígenas y asesinatos de Indígenas, activistas y defensores de la tierra. Estas invasiones y la violencia resultante constituyen graves violaciones de los derechos Indígenas. Además, algunos gobiernos están utilizando la pandemia para eludir el estado de derecho, concentrando el poder en el ejecutivo mediante de una serie de decretos de emergencia y evitando los procesos legislativos.

Los líderes Indígenas están extremadamente preocupados por la situación de los Pueblos Indígenas en aislamiento y en contacto reciente. La pandemia amenaza su propia existencia, ya sea por riesgos epidemiológicos o por violencia directa a manos de actores estatales y no estatales. Los Estados Miembros que adoptaron la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas tienen el deber de proteger a estos Pueblos del contacto no deseado y de reconocer sus tierras y territorios en virtud del Artículo 24.

Para nuestro bienestar y supervivencia colectivos, junto con todas las naciones y gobiernos Indígenas de Abya Yala (las Américas), hacemos un llamado a la OEA y a los Estados Miembros para implementar la Declaración no solo en el papel sino también en la práctica, afirmando, garantizando y protegiendo nuestros derechos de libredeterminación y derechos colectivos a la tierra, así como nuestros derechos a nuestro patrimonio cultural; un medio ambiente limpio y saludable; modelos de desarrollo sustentable; consentimiento libre, previo e informado; y el derecho a participar en la toma de decisiones sobre la planificación, desarrollo e implementación de programas destinados a proteger a nuestros pueblos y construir soluciones post-COVID sostenibles, resilientes y justas. Para tal fin:

  1. Los Estados Miembros deben trabajar con representantes de organizaciones y gobiernos Indígenas, así como líderes Indígenas de base, que son elegidos democráticamente por las comunidades a las que representan, para implementar medidas de salud y de seguridad culturalmente y territorialmente apropiadas para combatir la pandemia. A pesar de la adversidad de la pandemia, los Pueblos Indígenas han mostrado resiliencia al promover nuestras propias estrategias; sin embargo, si queremos superar eficazmente los desafíos de la pandemia, necesitamos el apoyo del gobierno.
  2. Cualquier programa o medida que los estados implementen o consideren al abordar la pandemia debe tener como objetivo transformar la relación cultural, política y espiritual entre la sociedad y la naturaleza. Es precisamente el resultado de la falta de armonía causada por el hombre que tenemos esta pandemia actual. Si no replanteamos nuestra visión con relación al mundo y la naturaleza desde una perspectiva de conservación, tendremos peores enfermedades y pandemias.
  3. Reconociendo que la pandemia está aumentando nuevamente, la OEA y los Estados Miembros deben coordinar sus esfuerzos con organismos regionales como la Organización Panamericana de la Salud para entregar suministros médicos y de salud muy necesarios a las comunidades indígenas, así como información en lenguas indígenas.

Muchas gracias. 

¡Una América Sin Pueblos Indígenas Nunca Más!